REGISTRO DEL TIEMPO
24/1/2024

Ramón Xirau y las variedades de lo sagrado

Luis Xavier López Farjeat

Hace poco más de treinta años, con ocasión del 150 Aniversario de las primeras obras de Sören Kierkegaard, se llevó a cabo en México un Simposio Internacional dedicado a los escritos de 1843 redactados por este filósofo. Ramón Xirau participó en una mesa panel dedicada a Temor y temblor. Tuve el privilegio de escuchar su intervención. Tras declarar que habían sido los escritos de Unamuno y Jean Wahl los que habían despertado su interés en Kierkegaard, entre citas de Romano Guardini y alusiones a Hegel, Xirau habló con suma sencillez de un tema extraordinariamente complejo: las paradojas de la fe. 


Se trata de un asunto recurrente en la obra de Kierkegaard: la paradoja como centro del cristianismo. Temor y temblor es una obra capital y, aunque Kierkegaard tiene otros escritos bastante densos, ésta podría bastarnos para comprender la variedad de temas filosóficos y religiosos que planteaba el pensador danés. Al escuchar las observaciones de Ramón Xirau en torno a Temor y temblor reconocí una serie de planteamientos frecuentemente aludidos en su propia obra filosófica, literaria y poética. Cuando Xirau escribe sobre personajes tan variados como san Juan y Simone Weil, Lope de Vega y Carlos Pellicer, Hegel y César Vallejo, sor Juana y Juan Ramón Jiménez, por mencionar algunos, sus ensayos retoman una misma cuestión y, conforme a ella, hallamos en sus escritos unidad temática y una propuesta intelectual propia. Xirau está pensando con un conjunto de poetas, filósofos y pensadores que comparten —algunos explícita y otros disimuladamente— un interés común: la experiencia de lo trascendente. 


Tal experiencia es indescriptible y, con todo, se muestra de manera nítida en Temor y temblor: Abraham recorre el camino de la fe en absoluta soledad para sacrificar a su hijo. La esencia de su religiosidad es el sacrificio. El caso de Abraham es paradigmático: el sacrificio de Isaac, la aniquilación del propio hijo, es algo bastante dramático. Por ello, Kierkegaard trata de describir qué es lo que está operando en el interior de ese personaje bíblico: tristeza, resignación, coraje, desconcierto… colapso emocional. El cumplimiento del mandato divino incluye una reacción doble: por una parte, la resignación ante Dios; por otra, la plena conciencia de que el cumplimiento del mandato divino es absurdo. En este relato del Antiguo Testamento está prefigurada, como han sugerido varios Padres de la Iglesia, la relación entre Dios-Padre y su Hijo Jesucristo. En este caso, el sacrificio del Hijo abre las puertas a la salvación. El sacrificio de Jesús es, al mismo tiempo, el de los hombres y ello nos revela que la salvación está en el sacrificio amoroso, con todo lo que ello supone (dolor, negación, muerte, el peso de la Cruz). He aquí la paradoja cristiana, “el ciego y oscuro salto”: optar por un Dios hecho hombre… cuán absurdo, cuán incitante, cuán misterioso. La paradoja de lo ausente y lo presente. Éste es el humus de las obras de Ramón Xirau.  


El mayor acontecimiento religioso es la presencia de Dios entre nosotros. Desde entonces, Él es un tema recurrente. Para algunos es trivial, para otros definitivo; para varios un pretexto literario. En la obra de Xirau es una realidad circundante, su nombre —si es que Dios tiene uno— un vaivén en los poemas, los ensayos literarios y los filosóficos. Xirau busca y establece puntos de contacto entre poesía, religión y filosofía. Lo sagrado tiene formas muy diversas. Y la obra de Xirau es una detallada descripción de lo sagrado y sus variantes. O, mejor dicho, el trasfondo de sus obras es la paradoja de lo sagrado. Así se lee en varios de sus libros como Tres poetas y la soledad (1955), El péndulo y la espiral (1959), Genio y figura de sor Juana Inés de la Cruz (1967), Palabra y silencio (1968), Octavio Paz, El sentido de la palabra (1970), Poesía y conocimiento (1979), Entre ídolos y dioses. Tres ensayos sobre Hegel (1980), Dos poetas y lo sagrado (1980), Cuatro filósofos y lo sagrado (1986), De Mística (1993), De la presencia (1995), y en la recopilación de sus ensayos sobre poetas y poesía iberoamericanos Entre la poesía y el conocimiento (2001).


Xirau habla y hace hablar a un sinnúmero de pensadores. Los temas: lo sagrado, lo profano, lo místico y, además, dos estados vitales que son prácticamente la condición de posibilidad para la cercanía a lo trascendente: el silencio y la soledad. Ambos son característicos de la experiencia poética y la religiosa, aunque no habría por qué distinguir entre una y otra: para Xirau la poesía es una especie de vivencia religiosa, de vía intuitiva hacia la Otredad; la religión es una vivencia espiritual acompañada de belleza poética. Junto a la poesía y la religión, aparece la filosofía como una vía hacia lo Absoluto. Como muestra en Entre ídolos y dioses y en Cuatro filósofos y lo sagrado, cuando la razón filosófica se aproxima a lo Absoluto, ésta suele recurrir a las metáforas poéticas. Xirau encuentra, pues, que existe una hermandad de sangre entre poesía, religión y filosofía. Sospecho que la primogénita es la poesía.  


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