Sic itur
Vacío de ti venías pensando nada
subiendo la escalera y la canasta
vacía de cada ocaso, y ten:
que el sol da en el tinaco y te detienes
porque un portento zurdo se te cruza:
que hay algo en vez de nada –el sol
y el Rotoplás– la luz
ni su color, ni cómo salta
o si se va dejando su sonrisa.
No era el paso de Dios sino que algo
en vez de nada y sol en el tinaco
y desde aquí se ven los tendederos
secando en alabanza estrafalaria
la danza de las telas, su ademán
de holandas y volandas,
república de trapos.
por qué estaríamos sin estar ni
que mendigáramos un hueco ni
pensáramos en salvaciones ni
llorar en una toalla lo sublime.
Vivir desacompasa, el ajetreo
retrasa la conciencia que lo arguye:
se escapa por asirlo y, por así
decirlo, nos ad astra
sin dejarnos ir y sic itur
con la canasta de mi ropa limpia.
Logos traba las sílabas de Kazantzakis
Un Cristo tartajea
y ya tenemos el espíritu que sirve, así
moderno
que no andamos para ruegos
porque nos trata el siglo
como si fuéramos a ser apóstoles, y no
de plano, no, porque ninguno de ésos
terminó moderno
Entonces, no
Aunque sí tartajeamos, civilmente,
cada uno de por sí, por irse
haciendo un poco el Logos.